El despertar humano a través de la coexistencia social en el Envision Festival, sorprende este 2018 con su encuentro permacultural en La Fortuna, Manuel Antonio y varias zonas de Uvita
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Los antiguos dichos y decires rurales que le asignaron a Heredia su distinción florida, ahora merecen ser actualizados: en su mote se debe incluir algún indicio en torno a la promoción de la cultura.
Se trata de un evento con el fin de que artistas, gestores culturales o personas interesadas en la producción cultural puedan adquirir nuevos conocimientos y habilidades para su desarrollo personal y profesional.
En el encuentro se incluirán capacitaciones con las siguientes temáticas: Liderazgo y Desarrollo de la Inteligencia Emocional a cargo de Nidia Alvarado Zúñiga; Liderazgo Educativo: la sinergia grupal, a cargo de Luis Jiménez; Vendiendo Sueños: Construyendo Propuestas de Gestión Cultural a cargo de Isela Ramírez; y Taller de Pre-producción, Producción y Post-producción a cargo de Valeria Vargas. Además se contará con la presentación del cantautor Mauricio Calderón para cerrar el evento; este, en representación del talento costarricense.
Es importante rescatar que al inscribirse usted confirma su asistencia a todas las capacitaciones del evento, por lo que se pide cumplir con la asistencia y puntualidad. Además, esta información es necesaria debido a gastos de alimentación y certificados de participación.
Este evento ha sido gestionado por la Asociación Cultural Herediana gracias al aporte de la Dirección de Cultura de Heredia del Ministerio de Cultura. Además, fue copatrocinada por la Asociación de Desarrollo Integral de Jardines Universitarios Número Uno de Heredia.
Que la cultura se bifurque en los pétalos en los que se le siembre. La Asociación Cultural Herediana le invita a pasar un rato ameno inmerso en el aprendizaje; quien asista, sólo posee las de ganar.
Soy un vehemente comunicador. Narro las historias producto de mi imaginación y aquellas reflejo del más cercano encuadre a la realidad por medio de los lenguajes justos para su respectiva transmisión veraz.
Estudiante.
La cabuya es una planta originaria de México -específicamente de Yucatán- y a lo largo del mundo se ha utilizado para fines comerciales en la producción de textiles. Aunque muchos no la conozcan por su nombre, aquí en Costa Rica se recuerda por las “bolsas de mercado” y las alforjas que solían utilizarse para llevar el almuerzo al trabajo de campo. En Cartago, en la zona de San Isidro de El Guarco, hay registros de la manipulación de la cabuya desde los 1900 y representa un patrimonio cultural propio de la región. Sin embargo, en las últimas décadas, la propagación del plástico y los materiales sintéticos, ha producido que la cabuya comenzará a desaparecer de la zona y es en este contexto que nace el colectivo La Cabuya Cuenta.
Sonia Navarro, cofundadora del colectivo, presenció la manera en la que la cabuya fue quedando en el olvido y de la mano de su cuñado, Juan Camacho Leiva más conocido como Martina, empezaron a impartir talleres en los centros educativos de su comunidad con la ayuda del Ministerio de Cultura. Martina, es el portador de la tradición e inició a trabajar con la cabuya a sus 11 años. “Tina”, como le dicen sus compañeras, admite que nunca le pareció que él se encontrara realizando un trabajo artístico, pero en los últimos años ha comprendido el valor de su arte.
El camino para el colectivo, no ha sido fácil, debieron pasar por un proceso de preparación de dos años en los cuales recibieron capacitaciones en temas de emprendimiento empresarial a cargo del Ministerio de Cultura, el Instituto Nacional de Aprendizaje y el Instituto Costarricense de Turismo. Este grupo estuvo conformado inicialmente por 30 personas, hoy solo quedan 7 de ellas. Entre estas se encuentra Daniela Barahona, quien de este largo proceso rescata la necesidad que les surgió por independizarse e ir más allá de la mentalidad de la pequeña o mediana empresa, que a veces parece sugerir que es mejor quedarse pequeña.
La Cabuya Cuenta, no tiene como principal objetivo la remuneración económica, sino el rescate de la artesanía tradicional a base de este material, resaltando la práctica del mismo como patrimonio cultural y utilizando el cantón de El Guarco como parte de la identidad que poseen sus productos. El proceso de la creación de sus distintos artículos no es sencillo, inicia desde la extracción de la fibra de las hojas de la planta, pasando luego por limpieza y blanqueamiento, para continuar con teñirla, utilizando tintes naturales y dejar que permanezca en un tiempo de secado, para finalizar con la creación de los distintos productos que se pueden encontrar en su nuevo local. Es la experiencia alrededor de todos estos pasos lo que buscan rescatar los talleres impartidos en las escuelas de la región por el colectivo.
El sistema educativo no suele distinguir las particularidades de cada región y se combina con una sociedad costarricense donde el acceso a las nuevas tecnologías parece estar eliminando las características que diferencian a las distintas regiones, en consecuencia las personas jóvenes van perdiendo la oportunidad de conocer las tradiciones que caracterizan a su comunidad. Ejemplo de esto, es que las casas de San Isidro de El Guarco llenas de fibras de cabuya y de familias fabricando mecates, bolsas de mercado, alforjas, la cincha que sostiene la silla del caballo y otros objetos, resultan anacrónicos para la mayoría de costarricenses en la actualidad.
Distintos materiales, objetos y tradiciones se han ido perdiendo entre el paso cada vez más veloz de la vida y su cotidianidad, auxiliada por la ilimitada oferta de dispositivos que parecen simplificar el día a día. El plástico y la variedad de materiales sintéticos que produce, desplazó a la cabuya y de la misma forma, eliminó las experiencias que se forjaban a su alrededor en zonas como San Isidro. En medio de un proceso de reconstrucción de las identidades culturales y la conciencia ambiental, la cabuya parece tener esperanza de resurgir en medio de la “invasión de la bolsa plástico” que indican Sonia, Martina, Flory y Daniela.
Para el colectivo, uno de los principales desafíos fue adaptar la cabuya de forma novedosa. Puede ser que el costarricense actual no necesite una alforja, pero la creatividad de este equipo les ha permitido la fabricación de bolsos, zapatos, delantales, diversidad de adornos y hasta aretes. “A nosotras nos toca innovar”, indican Sonia y Daniela, su local se convierte en un taller donde cada día experimentan con la cabuya y crean una serie de productos que combinan la técnica centenaria con las necesidades actuales.
La importancia que conlleva esta tradición y el gusto por la manipulación del material, se encuentran presentes en este colectivo, ellos crean un legado que sobrepasa cualquier expectativa inicial sobre los artículos base que se podían fabricar utilizando cabuya.
El local ya empezó a vestirse de Navidad y si aún existen dudas acerca de la versatilidad de la cabuya y capacidad de este grupo de 7 emprendedoras y emprendedor, se encuentran invitados a visitar San Isidro de El Guarco y conocer más acerca de esta tradición y lo relevante que resulta para esta región.
Altruismo Radical, es con concepto bajo el que se quieren hablar distintos tipos de temas contextualizados a las relaciones interpersonales e intrapersonales dentro del humanismo, en un evento donde se encuentren sentimientos, se busquen respuestas y se generen distintos espacios de dialogo que faciliten una criticidad real y objetiva.
Entre algunas conversaciones se hablará sobre el instinto de sobrevivir humano, el cual nos ha hecho dependientes a una tendencia egoísta en la cual solo se nos enseña a preocuparnos por nosotros mismos. También de esa relación que existe entre el uno mismo y los demás, generando un bien en común y tan propio como lo es la identidad del colectiva.
Se busca discutir temas sobre hasta dónde se encuentran los límites de lo que es propio de cada persona y los límites de lo que es grupal o colectivo. Trabajando los valores del respeto y la tolerancia se busca concientizar a una reflexión de lo que es propio y ajeno.
La alteridad del ser y del colectivo social para una mayor interacción con el entorno y con las demás personas con el fin de crear un pensamiento crítico acerca de aquello que se nos enseña de ¿Qué es social y que no lo es? Poniendo en duda las construcciones sociales modernas que fueron las bases para las que son ahora las contemporáneas y como han formado el criterio para determinar que es la identidad de grupo en la sociedad del hoy.
En XX- XY Altruismo Radical se busca que cada quien tenga un recorrido por el espacio y el tiempo en el cual el ser humano ha podido construir su identidad social como su pensamiento acerca de sí mismo.
El evento será este jueves 19 de octubre a las 8:00 de la noche en El Steinvorth con música por Excuse My French. El evento será para mayores de 18 años. Cover:
Así que lleguen temprano y con audífonos propios para una mayor experiencia. Más allá de un encuentro social donde unos con otros se verán influenciados bajo metáforas ligadas al creacionismo, se quiere que cada quien vea más allá y agradezca por todas esas experiencias que lo han hechos sentir humano.
Estudiante. Ciudadano.
Artistas y creyentes del arte se visualizaron en la capital bajo la idea de hacer del espacio público más que vías de transeúntes. En palabras que con orgullo y gran aliento se esgrimen como el himno del movimiento “Nuestra calle”, se busca que estas vías y bulevares hechas a nuestro nombre sean vistas y usadas como más que simples zonas de tránsito.
No es esta la primera vez que la música y la poesía dejaron los salones. El colectivo Nuestra Calle surge ante las represiones estatales que han sufrido diferentes grupos artísticos en el centro de San José. La democratización del arte y la cultura para la gente son titulares del movimiento. La meta, paradójicamente, es encontrar un lugar en el espacio de todos, en nuestras vías “públicas”.
¿en qué momento hizo falta levantar carteles y panfletos para que los clarines y los tambores salgan a las calles?
En redes sociales para anunciar la convocatoria del evento de este pasado sábado 23, Nuestra Calle se dirigió con fuerzas al país haciendo uso de vocablos robustos como “intervenir” y “tomar”. Justo es cuestionarse por qué: dentro de todas las opciones posibles —porque son muchas y de variados tipos— de los vocablos “intervención” y “toma”, quizás por estar todos en la misma página, las que remiten más al arte se vinculan con obstáculos, trabas y el frecuente desamparo.
Es lamentable, pero los periodos de pujanza artística en este suelo suelen ser breves y entrecortados. Hablar de intervenir y de imponerse a lo normal, de enardecer el llano caminar como medio de desplazamiento, plantea repensar el espaciado que le corresponde al quehacer artístico y el trozo que es enteramente de la sociedad. Una recuperación del área pública se atestiguó entre rimas en versos, canciones y tambaleó entre malabares en el cantón de Desamparados.
A pesar de que Nuestra Calle nace en la capital, la idea es que se extienda y se tengan en todos los rincones grupos organizados que retomen sus vías y paseos como propias, que se exijan mejores condiciones para las manifestaciones artísticas desde los ángulos que hayan. Asistir es hacerlo por los artistas y la sociedad que se aviva a su ritmo: que con arte se luche por el arte.
Soy un vehemente comunicador. Narro las historias producto de mi imaginación y aquellas reflejo del más cercano encuadre a la realidad por medio de los lenguajes justos para su respectiva transmisión veraz.
Estudiante.
Unirán esfuerzos para manifestar su apoyo a Ricardo Contreras. Leer mas $rarr;