La abogada Gladys Martínez nos acerca al trabajo de la ONG.

Hace unas semanas me llegó un correo con la oportunidad de entrevistar a Gladys Martínez de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA). Entonces no sabía quienes eran, ni conocía su trabajo, pero con ganas de escuchar su historia acepté inmediatamente. Quedamos en encontrarnos por un café matutino unos días después.

La conversación no defraudó, rápidamente me di cuenta de que Gladys sabía de lo que hablaba, de la seriedad de su trabajo y del peso de la ONG en el desarrollo sostenible. AIDA trabaja en los 35 países del continente con la consigna de abordar el desarrollo sostenible desde una perspectiva internacional que supere los límites de las barreras políticas. Gladys me contó como AIDA llegó a Costa Rica y de su intervención en el caso de exploración petrolera a inicios de la década del 2000, revivido recientemente. También de cómo la suscripción a la Convención de Ramsar fue clave para detener en ese momento el proceso de exploración petrolera.

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AIDA también jugó un papel importante en el proceso de expropiación en el Parque Nacional Marino Las Baulas para garantizar que se respetara el área de no construcción y la conservación efectiva de la tortuga baula. Este caso no solo fue de importancia nacional sino que también ha servido como precedente en casos similares en países como Panamá y México. En este momento Gladys me señala que una de las mayores fortalezas con la que ellos cuentan es el número de tratados y convenciones internacionales a los que el país está suscrito. De esta manera se puede pedir a los organismos internacionales que fiscalicen al país para que respete los compromisos adquiridos.

Costa Rica ha suscrito más de 40 tratados y convenciones internacionales ambientales.

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Territorio de Costa Rica. Elaborado por Silvia Martínez The Geography of Costa Rica y tomado del Semanario Universidad

En Costa Rica, AIDA ha participado en casos muy publicitados como el de la minería en Crucitas, el asesinato de Jairo Mora o más recientemente en el tema de la pesca de tiburón.  Aunque han participado en casos en ambientes terrestres, su enfoque se ha centrado principalmente en temas marino-costeros. Esto no es casualidad, ante la pregunta ¿Cómo escogen los temas en los que se involucran en cada país?” Gladys señala que deciden actuar según las temáticas donde encuentren más necesidad y donde los resultados puedan tener relevancia a nivel internacional. Esta respuesta es congruente con la realidad del país. Costa Rica tiene 10 veces más territorio marino que territorio terrestre y las políticas de conservación históricamente han estado centradas en los ambientes terrestres.

Otra de las fortalezas de la organización es el trabajo conjunto con otros organismos. Uno de los socios más recurrentes es la ONG Conservación Internacional. Juntos han participado activamente en la elaboración de un nuevo plan para la protección de los ecosistemas de arrecife de coral desde un punto de vista más integral. Ha sido un proceso largo, que inició durante la administración Chinchilla Miranda… sin embargo, después de lograr que se incluyera en la mesa de trabajo, se dio el cambio de Gobierno. Por esto tuvieron que reiniciar labores para reincorporarlo a la agenda. Cualquiera hubiese pensado en retirarse vencido ante tal circunstancia, sin embargo, Gladys señala que lo más importante es educar y convencer a los trabajadores que permanecen en la institución (MINAE), así el proceso puede tener más continuidad. Actualmente, esperan que se logre aprobar antes de que termine el actual Gobierno.

Les dejo un extracto de la entrevista con Gladys donde conversamos acerca de algunos temas  vigentes para la ONG como SETENA, el canal seco y la política ambiental en Estados Unidos.

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Gladys es abogada sénior del Programa de Biodiversidad Marina y Protección Costera. Obtuvo su Licenciatura en Derecho de la Universidad de Costa Rica y una Maestría en Ambiente, Seguridad y Paz, de la Universidad de Naciones Unidas, UPEACE. Tiene 10 años de trabajar con AIDA.

¿Cómo se puede mejorar la labor de SETENA? ¿Qué opina de la reciente propuesta de Antonio Álvarez?

“Los consultores de SETENA deben ser personas que no emitan sus criterios técnicos solamente en base a las personas que los contratan. Deberían ser consultores de SETENA, o del Estado, o algo como la lista de peritos del poder judicial.  Así nos aseguramos que haya neutralidad (en las evaluaciones).

Otra cosa que me parece importante y que no creo que se esté considerando, es el tema de impactos acumulativos. SETENA emite una evaluación de impacto ambiental como si fueran proyectos separados y por poner un ejemplo la ampliación de una carretera tiene que tomar en cuenta todos los impactos que va a desarrollar el proyecto. No puede ser que se aprueben proyectos fragmentados, evaluar un carril este año y el próximo año otro carril, eso es un atentado ambiental total”.

¿Inclusive en el caso en el que una modificación no signifique un cambio drástico?

“Definitivamente, en los espacios que sea. El tema de los impactos acumulativos es importante y no se están tomando en cuenta en este país. Por ejemplo: en el tema de pesca, es importante medir los impactos acumulativos no solo de la especie, tenemos que tener un enfoque ecosistémico. Si es un tema marino definitivamente se tiene que tomar en cuenta cambio climático… los ríos, es global… el enfoque debe ser ecosistémico.

Creo que en SETENA debería ser obligatoria la consulta de cierto rango de proyecto para arriba a las universidades buscando neutralidad y datos científicos para la aplicación del principio precautorio constantemente. El Gobierno tiene que tomar decisiones basadas en datos científicos y no puede poner en riesgo las especies. Un gobierno que toma decisiones con datos científicos, con el principio precautorio y con el principio preventivo está rescatando el ambiente, pero también está rescatando las personas. Todos los impactos que se le hagan al ambiente definitivamente, directamente o indirectamente, van a afectar la salud y las condiciones de vida de la gente”.

¿Qué impresiones les da el proyecto del Canal Seco? ¿Han logrado acceder a información técnica?

“Es un caso al que parece interesante darle seguimiento. Tiene muchos impactos similares al Canal de Nicaragua, que es justo lo que acabamos de trabajar. Parece clave saber de dónde viene el financiamiento para el proyecto. Si hay financiamiento internacional hay muchas maneras de poner limitaciones a los impactos ambientales y a los derechos humanos”.

Ellos han recibido varias ofertas para financiar el proyecto y lo que han dicho es que no se han decidido por alguna, para respetar la legalidad del proceso dentro de Costa Rica.

“Si es un gobierno chino es complicado porque no hay mucha posibilidad de fiscalización, mientras que si es un gobierno nórdico hay más posibilidad. Hay muchas posibilidades de pedir que no den más financiamiento porque no están cumpliendo con las regulaciones ambientales requeridas en sus países, que son mucho más estrictas que acá.

Otro de los factores importantes es que este proyecto no afecte humedales, porque si es en el Área de Conservación Guanacaste este es un riesgo alto y ahí sería una violación clara del Convenio de Ramsar. También habría que pensar en zonas como parques nacionales, la convención de diversidad biológica o la de especies migratorias.

No hemos encontrado información accesible. Es un megaproyecto, por lo que el estudio de impacto ambiental debe presentarse todo junto para poder considerarse los impactos acumulativos. Hay un factor que es importante tomar en cuenta, que es la obligación de no crear contaminación trasfronteriza. El proyecto no puede impactar de ninguna forma a Nicaragua o Panamá. A la hora que el proyecto llegue a SETENA es imperativo poder participar y hacer públicos los comentarios que se den sobre el proyecto porque hay muchos factores a tomar en cuenta.

En este momento estamos a la espera del pronunciamiento de La Corte Interamericana de Derechos Humanos ante la consulta que inició Colombia respecto a la construcción del Canal de Nicaragua. Esperamos que se pronuncie fuerte sobre los impactos de los grandes proyectos en la región del Gran Caribe porque eso aplica también a Costa Rica y esto sería otro factor que podemos utilizar para decirle al Gobierno de Costa Rica “usted es parte de la corte interamericana y tiene que cumplir””.

En el plano internacional, el caso de Estados Unidos ¿se encuentran a la expectativa?

“Para el sector ambiental la noticia de que Donald Trump quedó en el poder fue de luto, muchas ONG dieron libre porque la gente no podía trabajar. Estamos muy preocupados por las decisiones y las implicaciones de las personas que nombró en la EPA. Todo su discurso de cambio climático nos puso muy nerviosos. En este punto al que hemos llegado, no vamos a dejar que nos desconcentre, vamos a seguir fortaleciéndonos, quizás sea el momento en que todo el mundo se ponga a trabajar porque está tan mal la situación y es tan caótica que lo que tenemos que hacer es unir esfuerzos”.

Una de mis preocupaciones, es la toma de decisiones no basada en datos concretos…

“Este es el temor que todos tenemos. Creo que ahí es donde nosotros como organización civil y también la academia tenemos esta voz importantísima, ahorita las redes sociales son una super herramienta. Es el momento más importante de difundir información, datos y criterios. En las reuniones internacionales que se vienen, van a haber representantes de diferentes países, y Estados Unidos forma parte de casi todas las convenciones internacionales y ahí el resto de países pueden trabajar y nosotros como sociedad civil unirnos.

Nosotros hemos tratado de ser la voz de muchas ONG que no pueden asistir a negociaciones internacionales pues la mayoría de decisiones que llegan a nivel nacional se toman a nivel internacional. Yo creo que hay que promover más participación de otras ONG, incentivar más ojos viendo las negociaciones, las convenciones y los comités ejecutivos de las comisiones que se reúnen… hay que tratar de participar lo más posible en todas estas pequeñas negociaciones que se dan, ser los ojos, oídos y boca, decir lo que está pasando, creo que es lo mejor”.

Después de poco más de una hora terminamos la entrevista. Mientras tanto, me contaba Gladys como estaban muy emocionados por la primera condena a una comerciante relacionada a la actividad del aleteo de tiburón. De mi parte, satisfecho por la experiencia y el saber que hay gente trabajando en fiscalizar y apoyar la elaboración de políticas que faciliten un desarrollo sostenible a nivel nacional e internacional. Si desea estar al tanto del trabajo de AIDA puede seguirles en Facebook o suscribirse gratuitamente a su boletín mensual desde su página web.

Aldo Farah

Biólogo.

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