La moción 700 propone una devolución al texto sustitutivo presentado por Hacienda
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Carlos Alvarado ha venido haciendo malabares con dos eslóganes principales. Por un lado, está: Yo creo. Normalmente, este lema lo completa con otras frases, como por ejemplo, Yo creo en una Costa Rica bilingüe. Esto le permite un margen de juego de palabras, pero
no hay nada especial en su gestualidad para respaldar el eslogan. El Yo creo pulsa ‘el botón’ de la fe en cada quien, pues se da por probable o posible lo que él desea realizar, aunque no haya certeza que lo que Alvardo cree sucederá del todo. Ceder ante la fe que el
aspirante propone no es para cualquiera, pues en las condiciones fiscales, de desempleo y de corrupción en las que se encuentra el país, apoyarlo podría significar para muchos dar un salto en las tinieblas.
Por otro lado, está Elijo el futuro. Este lema no sugiere ser del todo original, pues la frase; Elijo mi futuro, es utilizada por la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Otro ejemplo, posiblemente accidental, lo encontramos en una campaña española del 2013 titulada; Elijo mi futuro, con la cual se llamó a combatir el desempleo juvenil. Y si de similitudes se tratase, debemos hacer un paréntesis para recordar el eslogan PAC del año 2014: Con Costa Rica no se juega, el cual es casi idéntico a uno de los utilizados por la Coalición Unidad en el año 1979: Con el país no se juega. (La Nación, miércoles 10 de enero de 1979). El lema que el ‘presi’ utilizó, resultó ser, y por mucho, un producto de segunda.
De todos los candidatos, Alvarado es el que tiene un mayor control corporal, pero, a veces, raya en el punto en que intenta tener todo bajo control, restándole espontaneidad. Este es un aspirante que, literalmente, camina con pies de plomo. Cuando se le observa, su conducta es un tanto sigilosa. En él, hay miedo a dar un paso en falso, pero intenta no demostrarlo. Paradójicamente, sus eslóganes no los vive. Su gestualidad, incluso, se percibe ensayada, aunque hay un cierto esfuerzo por hacer gestos centrífugos, es decir, gestos que salen del cuerpo y que intentan conectarse con la gente. Ahora, ¿qué tan genuino es realmente? Esperemos a febrero a ver qué dicen los números. Con su campaña número 5, el PAC de Alvarado entró en las filas de irse convirtiendo en uno más de los llamados partidos tradicionales. El PAC de Ottón Solís, claro está, ya no es el mismo. El PAC de Alvarado podría milagrosamente dar la sorpresa y repuntar para meterse en segunda ronda, pero aunque lo logre, lo cierto es que el PAC ya perdió su virginidad.
Analista no verbal y director escénico.
Universidad de Costa Rica, Ecole Internationale Jacques Lecoq.