[responsivevoice_button voice=”Spanish Latin American Female” buttontext=”Escuchar”]
Hablemos claro, ya que en materia de fiscal no se tiende a hacerlo.
DIMG: Hay quienes piden más, desde un puesto que los legitima, solo para tener más. Hombre de traje mira a su lado a un hombre sin hogar, ambos piden dinero.
En los últimos días los gobernantes de Costa Rica se han decidido de forma acérrima en aprobar un impuesto que viene a cambiar muchas si no es que todas las reglas del juego de pago que cada costarricense da para sostener al Gobierno.
Empecemos con lo básico, ¿cuál es la diferencia entre el impuesto general de ventas (IGV) y el impuesto de valor agregado (IVA)?.
El impuesto de ventas afecta a un momento en específico, cuando las personas hacen la compra final de los bienes y de algunos servicios. Por ejemplo, el impuesto de ventas sobre la electricidad es de 5%, una hamburguesa paga el 13% y el pan no paga impuestos, al ser parte de la canasta básica.
El IVA, por otro lado, viene a ampliar la cantidad de productos a los que se les cobra impuesto y a cobrar no solo en el momento final de la compra, sino que distribuye ese porcentaje (13% para la mayoría) en las distintas etapas de la producción. Este impuesto afecta lo que consume cada persona, aquí el primer problema. La porción de dinero que utilizan las personas con escasos recursos para pagar sus recibos y pagar sus necesidades es mucho mayor que la que utiliza una persona adinerada, tanto así que se habla de pobreza cuando el ingreso no alcanza ni para comprar lo estrictamente necesario. Las personas con más recursos no los utilizan todos para consumir, ni siquiera si compran bienes de lujo, sino que también invierten y ahorran. Si este impuesto es sobre lo que se consume, como se comprobó con la aplicación del IVA en Uruguay y como habla la teoría económica, quiere decir que las personas empobrecidas serán más pobres y que las que tienen más recursos no son las que aportarán una mayor cantidad de dinero. A esto se le conoce como un impuesto indirecto y regresivo.
Lo que le distingue de un impuesto directo es que no diferencia entre contribuyentes y sus ingresos, sino que solo se dirige a los productos que consumen. Su diferencia con un impuesto progresivo, es que este último sí toma en cuenta cuanto ingreso tiene cada persona y por ello quién tiene más, aporta según su capacidad, sin que esto influencie realmente su capacidad de consumo. El IVA, al ser regresivo hace que todos aporten lo mismo, pero se ve más afectado aquella persona que tenga menos, por que si afecta su capacidad de comprar lo necesario y si tiene ahorro, también.
Ahora, como más bienes y servicios tendrán impuestos, esto quiere decir que golpeará todavía más fuertemente a las clases medias y empobrecidas. A partir de una posible aprobación de este proyecto de ley, se tendrá que pagar por la educación privada un 4% más, lo que es un golpe para quienes hacen sus estudios en una universidad de este tipo. También por los programas de computadora que comúnmente se utilizan para trabajo (como Office, programas de diseño e ingeniería) y los antivirus, los servicios de televisión, radio y telecomunicaciones (en los que se incluyen los servicios de cable, Netflix, Spotify, Uber e internet), servicios digitales, como lo son los servicios bancarios, las compras por internet (que recargarán la totalidad del impuesto sobre el consumidor final) y los libros digitales (aunque los impresos estarán exentos). Al principio, el proyecto firmado por Luis Guillermo Solís también incluía todos los préstamos, lo que afectaba directamente a la compra de vivienda.
Los servicios de un abogado, médico, topógrafo, ingeniero, arquitecto, dentista, entre otros, también cobrarán el impuesto, recayendo especialmente sobre la clase media el peso. Añadido a esto, no se puede dejar de lado que se le cobrará un impuesto a cada cuota que se de para poder tener una pensión digna (de tipo complementario) en el futuro. Por último, por el pan y la canasta básica por la que antes no se pagaba impuestos, ahora se tendrá que pagar un 2%. Los productos de la canasta básica son lo que las familias con menos recursos acceden para poder alimentarse, nunca debería cobrarse por apenas lograr comer.
El IVA no pretende cobrarle a grandes empresarios que existen en zonas libres de impuestos (zonas francas), quienes no pagan la mayoría de impuestos que las otras empresas de Costa Rica sí.
¿Qué implica, además de empobrecer a quienes tienen menos, el nuevo impuesto para la economía?
Cuando se reduce el consumo la economía se moviliza menos, por lo que pronto se empiezan a ver efectos tales como aumento en el desempleo. Menos salarios por casa se convierte en menos capacidad para comprar y probablemente mayores dificultades para el pago de deudas. Dado esto, las empresas y profesionales venden menos, por lo que los negocios más pequeños (y algunos grandes) tienden a cerrar. Esto se conoce como recesión económica, lo que no es para nada deseable.
¿Qué (no) solución ofrecen los diputados y Presidencia para arreglar el problema?
Se pretende crear un sistema de devolución del impuesto ya cobrado al 40% de la población con menos recursos. Esto es supremamente caro.
Primero, se le estaría pagando a gente para que cobre un impuesto, segundo, se crearía un sistema de información carísimo para poder ver a quién se le devuelve (que supuestamente ya tiene el IMAS), tercero, se le tendrá que pagar a personas y bancos para que hagan los respectivos depósitos y, cuarto, se tendría que hacer un departamento de reclamos para hacer las debidas correcciones que necesita todo sistema. Esto es increíblemente costoso, porque incluye una gran cantidad de datos de todas y cada una de las personas que viven en este país y en el mismo proyecto de Ley es reconocido por la inviabilidad en otros países, a causa del alto costo.
En las mismas dudas que dejan, no se dice cuánto se le va a devolver a cada persona, sino que delega a otra institución, el INEC, cuál es el monto ¿Se perdería más dinero del que se cobra?
¿Cuáles otras soluciones tiene el déficit fiscal (la deuda que tiene el Gobierno de Costa Rica con bancos internacionales)?
Existen impuestos progresivos y directos, que le piden contribución al que tiene suficiente como para que no le afecte siquiera en el carro del año que definitivamente va a comprar. Estos impuestos no solo se hacen sobre lo que consume la persona, sino también sobre las posesiones que tiene, como el impuesto a artículos de lujo que ya existe en Costa Rica. Una solución muy viable es subir el impuesto sobre la renta, que toma en cuenta todos los ingresos que tenga una persona para determinar cuánto se le debe cobrar. Así no se tiene que hacer un sistema complicadísimo, caro y propenso a errores para devolverle dinero a quiénes no debieron cobrarle.
El IVA es un verdadero disparate. NO DEBEMOS PERMITIR QUE PASE ESTA LEY.
*Contexto es un medio plural que sostiene la necesidad de una ciudadanía expresiva; dado lo anterior defendemos el espacio público e integral de cada opinión. La opinión no define al medio.
