Edgardo Araya, Frente Amplio
El reconocido ambientalista del caso Crucitas, Edgardo Araya, quiere ¡Que nadie se quede atrás! En la página web Buen vivir del gobierno ecuatoriano, esta frase se muestra como parte del pensamiento de pueblo aymara. Textualmente, dice: “Que todos vayamos juntos que nadie se quede atrás, que todo alcance para todos y que a nadie le falte nada.” Cuando le consulté vía Facebook sobre qué significaba su eslogan, respondió: “Que en un gobierno del Frente Amplio, a nadie le faltará nada, todo alcanzará para todas y todos, caminaremos juntas y juntos.” Jueves 7 de septiembre.
Con el ‘nada te faltará’ que él deduce del eslogan, hay un aire bíblico. Se da esperanza de que no habrá que preocuparse por comida o guarida, pues en un eventual gobierno del Frente Amplio las necesidades se suplirán. Araya ofrece una realidad sin carencias para todos y todas, aunque su realidad personal no sabemos si podría ir por otro lado. Ahora, en su desempeño corporal, Araya tiene algo de relación con el lema que propone, pues hay un esfuerzo en su cuerpo por ir hacia adelante. Este es un aspirante que, bien que mal, se esfuerza por desafiar lo establecido. No obstante, el candidato guarda cierta similitud con los gestos y la retórica de Villalta, aunque no lo quiera reconocer. Cuando habla sobre corrupción, por ejemplo, se entusiasma y pierde en algunas ocasiones el control, utilizando el dedo índice de manera incisiva, señalando, acusando.
En Araya, predomina lo vertical, las manos las mueve de arriba hacia abajo, como si clavara algo. La energía que proyecta es fuerte, sin embargo, cuando se emociona, satura. Los movimientos puede hacerlos tan rápidos, que hace que nos cansemos rápidamente de verlo. Algunas evidencias están en los vídeos titulados ‘No lancemos cortinas de humo’, del 29 de agosto, y ‘Cerca de dos horas después’ cuando exigía la comparecencia de Celso Gamboa y de los diputados ante la comisión que investiga el tema del cemento chino (vídeo del 14 de agosto).
Cuerpos en pugna
Según la más reciente medición de la intención de voto conducida por Opol Consultores, Araya obtiene el 1.49 %, quedando en el margen de error, pero el aspirante intenta aparentar fe en que su partido va a repuntar e inclusive, ganar la elección. ¿Cómo lo va a lograr? Ese es el misterio. Por ahora, se le ve sonriente y montado en los primeros asientos de un bus color amarillo con ruta hacia la ‘indignación’. Literalmente le llaman: el bus de los indignados. Su campaña es parte de lo que se vive no solo en el país, sino que en el partido mismo: indignación y tristeza. El Frente Amplio no está solo tampoco, parece vivir lo que otros partidos como el PAC, ML, PLN y PUSC están en diversas dimensiones atravesando y eso es que: algunos los podrán perdonar, pero muchos no desean en ellos volver a confiar.

Analista no verbal y director escénico.
Universidad de Costa Rica, Ecole Internationale Jacques Lecoq.