¿Qué estalló las manifestaciones en Nicaragua?

Foto: La protesta en Managua. Orlando Valenzuela (El Nuevo Diario).

La legitímidad del gobierno autoproclamado socialista, solidario y cristiano, como se lee en las vallas publicitarias de las calles de Nicaragua, es amenazada por los medios que ha utilizado para validar la reforma por decreto, que fue inicialmente una sugerencia neoliberal del Fondo Monetario Internacional para solventar la crisis de liquidez del INSS.

La reforma al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) del lunes anterior detonó la protesta de un sector descontento de la población. Lo concreto de la reforma: a partir del 1 de julio del 2018, las personas trabajadoras deberán dejar de cotizar un 6,25% para cotizar un 7%, las empresas privadas y empleadores un 21% en vez de un 19% anterior y las personas en régimen de pensión deberán aportar un 5%. Es la gota que derramó el vaso luego de descontentos por otras exigencias sin respuesta del Gobierno, como lo fue la ausencia de acción eficiente e inmediata ante el incendio de la Reserva Forestal Indio Maíz a inicios de Abril.

Las protestas iniciaron el miércoles de forma pacífica, acuerpándose entre sí jóvenes estudiantes y personas jubiladas. El mismo día, ante el miedo a la protesta del régimen de Daniel Ortega, los movimientos fueron reprimidos por la Policía Nacional y por supuestos simpatizantes del Frente Sandinista. Medios de comunicación que daban seguimiento a las protestas fueron sacados del aire desde el jueves.

La protesta se ha desarrollado en todo el territorio nicaragüense, incluyendo la costa Caribe Norte y Sur. Desde la Catedral de Managua hasta centros de estudio como la UPOLI (Universidad Politécnica de Nicaragua), la UNI (Universidad Nacional de Ingeniería), la UCA (Universidad Centroamericana) y la UNAN (Universidad Nacional de Nicaragua) en León han sido sedes de protesta, donde estudiantes siguen siendo reprimidos, pero mantienen y fortalecen la organización en sus bases para continuar la resistencia.

Brutal represión ante protesta pacífica contra reforma al INSS

 


Diálogo… Pero ¿con quién?

Al redactar esta nota, 10 personas han muerto en el contexto de protesta. La respuesta sumamente tardía, el viernes 20 de abril, de Rosario Murillo, vicepresidenta y primera dama de Nicaragua hace una apelación al diálogo. Horas después, el Ejército Nacional llega a Estelí.

Sin embargo, este pronunciamiento pone en cuestión el marco en el que se propone la negociación y el diálogo, ya que Murillo las pone sobre la mesa en respuesta a un llamado del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP). El descontento de entidades privadas está latente y el COSEP convoca a una marcha el lunes 23 de abril para demostrarlo en las calles. Sin embargo, es una movilización que entonces toma el tinte del interés de la empresa privada y sectores afines ¿Dónde queda la lucha de la sociedad civil que protesta y es asesinada por hacerlo?

La protesta entonces responde de vuelta, diciendo “El COSEP no me representa” y las declaraciones de la vicepresidenta están mediadas por estos intereses económicos poderosos, más que por la exigencia legítima y radical del pueblo ¿A qué, entonces, está respondiendo la señora Rosario? ¿Quiénes estarán en la mesa de diálogo y a quiénes representarán?

El sábado en horas de la tarde, el presidente Daniel Ortega sale al aire por primera vez para poner sobre la mesa la oportunidad de dialogar y acordar la reforma mediante un consenso, justificando que entrará en vigencia hasta el 1 de julio por lo que, alega, aún no está afectando a nadie. Así mismo, criminaliza a quienes, al resistir, ejercen su derecho a la protesta y a la expresión.

El contexto nicaragüense ya ha sido presa fácil para un mal llamado Gobierno “de izquierda” y puede serlo ahora para los bien llamados “intereses de derecha”, que a modo oportunista utilizarán al pueblo como trampolín para deslegitimar el ideal socialista y sandinista que una vez sí defendió al pueblo nicaragüense.

 

Pensar Nicaragua en movimiento

Pensar Nicaragua en este momento exige hacerlo en movimiento en cuanto a reflexión, información y formas de asociar a los diferentes actores, sentires y pensares del pueblo y la historia nicaragüenses. Esto implica la necesidad de moverse de posiciones dogmáticas y vacías de cuestionamiento real a la violencia vivida por los y las nicaragüenses, y los mal practicados ahora ideales sandinistas, por los que muchas personas dieron su vida. Porque bajo la consigna de solidaridad, cristianismo y socialismo, se asesina y se reprimen libertades, deslegitimándose así el Gobierno mediante el uso banal de las esencias e ideales de esas tres palabras con las que un Gobierno represor se está calificando a sí mismo.

Estudiante de Sociología y Trabajo Social, UCR

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