Una propuesta que cuestiona la masculinidad y las sensibilidades volátiles del otro. Alen Drljevic reconstruye los sentimientos heredados de quienes se enfrentaron en la antigua Yugoslavia
Men Don’t Cry asume el esquema masculino de los hombres en batalla para presentarnos las emociones que surgen cuando en un hotel, alejado en la montaña, se reúnen quienes en su momento como enemigos se enfrentaron. Las emociones y nostalgias de los personajes, nos demuestran que los hombres sí lloran.
Modelo ‘Veterano de guerra yugoslava’
La película consta de una reunión entre veteranos de guerra. Estos se hospedan en un hotel de montaña para resolver el conflicto que por años ha estado en Bosnia y se sostiene por patriótico, anti-socialista y xenófobo. Sin embargo, el conflicto sigue vigente entre sus relaciones interpersonales y el personaje que facilita el proceso, apunta precisamente a las debilidades que poseen. Un replanteamiento de lo que la militarización y la guerras ocasionan en el post-trauma. La película critica esos pasados con los que cargan quienes dan la vida en las trincheras por su país.
Nuevas masculinidades
Alen Drljevic está consciente de las discusiones globales entorno a las relaciones entre hombres y cómo su hegemonía se ha suspendido por el ingreso de nuevas masculinidades. Parte de la película se dedica a la comprensión de la sensibilidad que poseen estos personajes, aún más con un trasfondo de guerra. La diversidad del grupo que se reúne en las montañas de Bosnia, es lo que constituye de la película una joya para la reflexión sobre la construcción de la masculinidad tradicional.
Men Don’t Cry compite en la categoría de Competencia Internacional de Largometraje en el Costa Rica Festival Internacional de Cine 2017.
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