¿Qué es la Cabuya y qué representa para la zona de Isidro de El Guarco?
La cabuya es una planta originaria de México -específicamente de Yucatán- y a lo largo del mundo se ha utilizado para fines comerciales en la producción de textiles. Aunque muchos no la conozcan por su nombre, aquí en Costa Rica se recuerda por las “bolsas de mercado” y las alforjas que solían utilizarse para llevar el almuerzo al trabajo de campo. En Cartago, en la zona de San Isidro de El Guarco, hay registros de la manipulación de la cabuya desde los 1900 y representa un patrimonio cultural propio de la región. Sin embargo, en las últimas décadas, la propagación del plástico y los materiales sintéticos, ha producido que la cabuya comenzará a desaparecer de la zona y es en este contexto que nace el colectivo La Cabuya Cuenta.
Sonia Navarro, cofundadora del colectivo, presenció la manera en la que la cabuya fue quedando en el olvido y de la mano de su cuñado, Juan Camacho Leiva más conocido como Martina, empezaron a impartir talleres en los centros educativos de su comunidad con la ayuda del Ministerio de Cultura. Martina, es el portador de la tradición e inició a trabajar con la cabuya a sus 11 años. “Tina”, como le dicen sus compañeras, admite que nunca le pareció que él se encontrara realizando un trabajo artístico, pero en los últimos años ha comprendido el valor de su arte.
El camino para el colectivo, no ha sido fácil, debieron pasar por un proceso de preparación de dos años en los cuales recibieron capacitaciones en temas de emprendimiento empresarial a cargo del Ministerio de Cultura, el Instituto Nacional de Aprendizaje y el Instituto Costarricense de Turismo. Este grupo estuvo conformado inicialmente por 30 personas, hoy solo quedan 7 de ellas. Entre estas se encuentra Daniela Barahona, quien de este largo proceso rescata la necesidad que les surgió por independizarse e ir más allá de la mentalidad de la pequeña o mediana empresa, que a veces parece sugerir que es mejor quedarse pequeña.

¿Por qué es importante rescatar la tradición de la cabuya?
La Cabuya Cuenta, no tiene como principal objetivo la remuneración económica, sino el rescate de la artesanía tradicional a base de este material, resaltando la práctica del mismo como patrimonio cultural y utilizando el cantón de El Guarco como parte de la identidad que poseen sus productos. El proceso de la creación de sus distintos artículos no es sencillo, inicia desde la extracción de la fibra de las hojas de la planta, pasando luego por limpieza y blanqueamiento, para continuar con teñirla, utilizando tintes naturales y dejar que permanezca en un tiempo de secado, para finalizar con la creación de los distintos productos que se pueden encontrar en su nuevo local. Es la experiencia alrededor de todos estos pasos lo que buscan rescatar los talleres impartidos en las escuelas de la región por el colectivo.
El sistema educativo no suele distinguir las particularidades de cada región y se combina con una sociedad costarricense donde el acceso a las nuevas tecnologías parece estar eliminando las características que diferencian a las distintas regiones, en consecuencia las personas jóvenes van perdiendo la oportunidad de conocer las tradiciones que caracterizan a su comunidad. Ejemplo de esto, es que las casas de San Isidro de El Guarco llenas de fibras de cabuya y de familias fabricando mecates, bolsas de mercado, alforjas, la cincha que sostiene la silla del caballo y otros objetos, resultan anacrónicos para la mayoría de costarricenses en la actualidad.

La cabuya se encuentra con el siglo XXI
Distintos materiales, objetos y tradiciones se han ido perdiendo entre el paso cada vez más veloz de la vida y su cotidianidad, auxiliada por la ilimitada oferta de dispositivos que parecen simplificar el día a día. El plástico y la variedad de materiales sintéticos que produce, desplazó a la cabuya y de la misma forma, eliminó las experiencias que se forjaban a su alrededor en zonas como San Isidro. En medio de un proceso de reconstrucción de las identidades culturales y la conciencia ambiental, la cabuya parece tener esperanza de resurgir en medio de la “invasión de la bolsa plástico” que indican Sonia, Martina, Flory y Daniela.
Para el colectivo, uno de los principales desafíos fue adaptar la cabuya de forma novedosa. Puede ser que el costarricense actual no necesite una alforja, pero la creatividad de este equipo les ha permitido la fabricación de bolsos, zapatos, delantales, diversidad de adornos y hasta aretes. “A nosotras nos toca innovar”, indican Sonia y Daniela, su local se convierte en un taller donde cada día experimentan con la cabuya y crean una serie de productos que combinan la técnica centenaria con las necesidades actuales.
La importancia que conlleva esta tradición y el gusto por la manipulación del material, se encuentran presentes en este colectivo, ellos crean un legado que sobrepasa cualquier expectativa inicial sobre los artículos base que se podían fabricar utilizando cabuya.
El local ya empezó a vestirse de Navidad y si aún existen dudas acerca de la versatilidad de la cabuya y capacidad de este grupo de 7 emprendedoras y emprendedor, se encuentran invitados a visitar San Isidro de El Guarco y conocer más acerca de esta tradición y lo relevante que resulta para esta región.

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